“La obesidad: una carga extra en nuestro camino”.

En cuántas ocasiones hemos dicho: “hoy comenzaré a realizar ejercicio”, “hoy empiezo la dieta”, “hoy comienzo a cuidarme”, “hoy haré esto por mí”, y simplemente pasa de largo. 

El mundo va corriendo, el tiempo pasa muy rápido, y un día más se va sin hacer esos cambios que necesitamos y que nuestro cuerpo pide, muchas veces a gritos; ya que nos vemos sumergidos en otras actividades. 

A la hora de progresar hay 3 factores que podrían afectar; la alimentación, la actividad física y la mente; esta última es la que hace que funcionen las otras dos. 

El no tener control a la hora de regular las emociones puede afectar enormemente en la toma de decisiones con referencia a cómo nos alimentamos, y es porque el ánimo influye directamente en la relación que tengamos con la comida y con alguna otra área. Recuerda que la mente puede ser nuestro mejor aliado o nuestro peor enemigo, y muchas veces terminamos por auto sabotearnos. 

En algunas ocasiones se genera un estado de ansiedad; esta puede llevarnos a un rechazo por las actividades o a hacerlas de una forma desmedida y sin límites. 

Si usted no está conforme con la percepción que tiene de usted mismo(a) o porque su salud se ha visto perjudicada, es necesario comenzar a hacer cambios reales; hoy, no mañana porque no tenemos el control, ni el conocimiento de lo que pasará o de los giros que la vida puede dar. “El tiempo es oro” dice una frase muy famosa, y es porque no regresa. 

Cabe destacar que no debe hacer estos cambios por los demás, bien puede escuchar consejos si estos vienen de su red de confianza y apoyo; ya que esas son las personas que lo apoyarán, sostendrán y querrán lo mejor para usted. ¡Ojo!, no realice las cosas buscando aprobación o validación, porque esa clase de impulso puede ser momentáneo, vivir de las expectativas de los demás le hará sentir frustrado(a) y sentirá que nada es suficiente. Cuando se requiere un cambio si desea que sea real debe nacer de uno mismo, de esa voluntad y convicción propia, donde se sabe que se tiene un problema que puede afectar en corto, mediano y/o largo plazo y que; si no se realiza con constancia, garra y raciocinio, puede descuidarse y muchas veces traer complicaciones, en ocasiones; mortales. 

¿Sabía qué?

En El Salvador, según la página de gobierno (www.salud.gob.sv), 31.8% de mujeres en edad adulta sufren de obesidad, 12 puntos porcentuales más que los hombres (19.2%); el informe presentado indicó que el 57.2% de mujeres en edad fértil padece de sobrepeso u obesidad.

La WPF (World Food Program, en un artículo del 28 de octubre de 2019), aseveró que el sobrepeso y la obesidad le costaban a El Salvador el 10% del PIB (Producto Interno Bruto). Seis de cada diez adultos tienen sobrepeso u obesidad, y un millón de salvadoreños padece diabetes e hipertensión a consecuencia de dichas condiciones, siendo estas las que generan el mayor costo en salud. 

El hacer una diferencia al final depende completamente de uno mismo, si tiene la disciplina y coraje de hacer las cosas con la plena confianza de que usted “lo vale” y “es porque lo merece”; usted sabe que su oportunidad, su tiempo, es “hoy”, y no debe desaprovecharse, el éxito depende de eso. 

Como recomendación puedo decirle que será una lucha diaria, el estrés, la ansiedad, las responsabilidades y los problemas diarios pueden crear un obstáculo, pero, sí plantea su objetivo y define bien la meta que quiere lograr ¡adelante!; confíe en usted, siga caminando; pueden parecer logros pequeños, pasos cortos, de igual forma siguen siendo pasos; lo esencial está, en no tirar la toalla. 

¡Cuidado con desesperarse!, al final el camino más desagradable y engorroso es el más largo, pero, definitivamente trae sus recompensas, de lo contrario no sería tan difícil; generando de esta manera mayor satisfacción y plenitud.  

Por lo que más quiera, ¡no se compare!, cada cuerpo funciona totalmente diferente, así como cada cabeza es un mundo. Es a su tiempo, su ritmo, es su salud, su autoestima, su decisión; la de nadie más. 

Según una popular teoría psicológica se afirma que se necesitan 21 días para formar un hábito y 90 días para convertir ese hábito en un estilo de vida. En vez de matarse una hora en el gimnasio (más si se ha sido sedentario por un largo período), salga a caminar 20 minutos, los hábitos se crean y requieren sacrificio, esfuerzo y constancia; no es imposible. En cuanto a la comida no es que deje de comer, es que aprenda a hacerlo, a saber, qué necesita y qué cantidades son beneficiosas para su cuerpo, y de vez en cuando consentirse y darse un gustito. 

Muchas veces los problemas y todo lo que estos conllevan pueden desarrollar una ansiedad hacia la comida y es cuando tratamos de saciarnos con atracones para disminuir de esta forma la preocupación, dolencias, etc.; pero, este es un alivio momentáneo que usualmente viene asociado con culpa y decepción haciendo que nos distanciemos de nuestro objetivo. Recuerde que todos sabemos decir “no”, lo importante y más desafiante es “saber sostener su no”. 

Buscar su salud física, mental y su paz; es la mejor inversión que puede hacer. Recuerde que el peor juez es uno mismo, así que tenga paciencia, sea gentil con usted y celebre los pequeños grandes logros. Si usted no se da la oportunidad de tratar, no sabe de lo que puede llegar a ser capaz.