De la infancia a la adolescencia, una etapa para acompañar.

Son muchos los padres de familia que se acercan a nuestra consulta manifestando su preocupación y en ocasiones asombro por las dudas, inquietudes o comportamiento de sus hijos, también por observar cambios en cuanto a su aspecto físico, “¡se me está creciendo el niño!”.

Frecuentemente nos manifiestan la sensación de incomodidad, de no saber qué responder o de qué manera abordarlo y hasta dónde llegar, sobre todo en temas referentes a la sexualidad. Para poder orientar y dar información adecuada, es importante conocer las características propias de las diferentes etapas del período de la niñez, brindando así un acompañamiento oportuno hacia un crecimiento y desarrollo saludable de nuestros hijos, nietos, sobrinos, alumnos y pacientes; de esta manera además, sentar bases sólidas de construcción de la personalidad y prepararlos hacia la siguiente etapa en su vida: la adolescencia.

La primera infancia es la etapa que inicia desde la formación del niño o niña durante el embarazo hasta los 6 años de vida, se caracteriza por el importante desarrollo cerebral a una velocidad que nunca más se repite en la vida, en donde el aprendizaje a través del juego y el cuidado de la salud son algunos de los factores que inciden en el logro del mayor desarrollo posible.

Desearíamos que no crecieran, que continuaran con la ternura y ocurrencias que les caracterizan, pero el tiempo pasa y crecen, inician la etapa escolar, también llamada por algunos autores como preadolescencia o infancia intermedia, etapa de la vida en la que haremos énfasis.

Aproximadamente comprende entre los 7 a 10 años de edad, se caracteriza por el inicio de la educación primaria, la demostración de la autonomía, formación del carácter y descubrimiento de su potencial y talentos.

Comienzan a formarse nuevas reglas sociales, la permanencia en la escuela permite el inicio de la interacción con personas fuera del contexto familiar, ayuda a establecer relaciones de amistad con sus pares (niños de su misma edad), entre ellos, se identifica la figura del mejor amigo o amiga, con el cual comparten vínculos más fuertes y complejos, especialmente con los amigos de su mismo sexo. Contar con buenos amigos es importante para el desarrollo de los niños y niñas, estos pueden incidir de forma positiva o negativa en la vida del infante.

Los niños en este período enfrentan progresivamente mayores retos académicos, aprenden a leer y a escribir, aumentan la capacidad de atención, de comprensión y manejo de conceptos; comienzan a entender el punto de vista de las otras personas, a medida van desarrollando su independencia, adquieren el sentido de la responsabilidad, aprenden a vestirse solos, durante el juego con sus pares definen roles importantes y fortalecen el trabajo en equipo.

En cuanto al desarrollo sexual, este no solo incluye los cambios físicos, sino también, la adquisición de nuevos conocimientos y creencias de lo que observan, escuchan y preguntan sobre la sexualidad en su entorno (familia, escuela, iglesia, círculo de amigos o círculos de aprendizaje, entre otros).

El niño y niña, particularmente al acercarse a la pubertad, aumentan la curiosidad sobre el comportamiento sexual del adulto, con el desarrollo de su conciencia por las reglas sociales, se vuelven más recatados y demandan más privacidad, ya no les gusta que los vean sin ropa, y en ocasiones se resisten a mantener conversaciones con sus padres que les pudieran causar “vergüenza”.

Comportamientos sexuales como el tocarse (masturbación), el juego sexual o buscar contenido sexual en televisión, internet, revistas o libros generalmente los ocultan a los adultos; sin embargo, con sus pares pudieran hacer bromas o contar historias con contenido sexual. Al acercarse a la adolescencia demuestran mayor interés sexual y romántico en niños o niñas de su edad.

¿Cómo podemos acompañar a nuestros niños y niñas en esta etapa?

En el ámbito familiar es importante fortalecer el vínculo afectivo, compartir tiempo de calidad en familia, realizar juegos amenos y lúdicos, fomentar la lectura, asistir a las actividades realizadas en la comunidad, culturales, deportivas, entre otras.

Reconocer sus logros, elogiar su comportamiento positivo con expresiones como: “eres inteligente”, “lo haces muy bien”, “lo puedes lograr”, refuerza la autoestima de los niños y niñas; por el contrario, al no lograr un resultado favorable, se debe demostrar empatía, enseñarles a ser resilientes, apoyarlos a sobrellevar y superar el desánimo y frustración, animar a continuar intentándolo y recordar que siempre contará con el apoyo de la familia; incentivarlos y orientarlos a enfrentar nuevos retos en el mismo o en otro ámbito (académico, deportivo, artístico, social, etc.), con esto fortalecemos la inteligencia emocional a edad temprana .

Se deben establecer reglas claras y definir límites, como por ejemplo el tiempo en que tiene permitido ver televisión, a qué hora debe acostarse. Enseñar a tener paciencia, como respetar el turno cuando se hace una fila para pagar las compras.

Cuando los niños tienen malos comportamientos, la corrección debe de ser enfocada a través de la disciplina y no con castigos, de esta manera, se evitará formar en la personalidad del niño el sentimiento de la venganza; es decir, responder una mala acción con otra.

Hablar sobre la escuela, acordar terminar las tareas antes de ir a jugar, identificar a sus compañeros y de ellos, cuáles son los más cercanos, estar pendiente de los alimentos que el niño ingiere en el centro educativo; son aspectos que deben formar parte de la rutina diaria en la relación padres e hijos para velar por el bienestar en el área escolar.

La expresión de sexualidad en los niños debe tomarse como una oportunidad para evaluar qué tanto entienden sobre el tema, así como también, brindar información correcta y apropiada para su edad. Al hablar sobre sexualidad, padres y madres deben mantener una actitud de serenidad, con un tono de voz tranquilo y constante; antes de responder o continuar el inicio de la plática, se pueden hacer preguntas sin que estas parezcan desafiantes como: ¿Dónde aprendiste sobre ello? ¿Por qué surge esa idea? ¿Cómo te sientes haciéndolo?

Es importante tener en cuenta que la información acerca de sexualidad debe compartirse de forma paulatina y no sobresaturarlos en una misma oportunidad; buscar o identificar el momento y lugar adecuado para platicar sobre ello garantizará la confianza con el niño y niña. Debe transmitir a sus hijos la disponibilidad que usted tiene en todo momento para escucharlo y que se sienta comprendido. También se debe identificar si la pregunta o plática referente a temas sobre sexualidad ha surgido por curiosidad o porque ha ocurrido algún evento normativo o adverso.

Padres, madres y cuidadores deben estar atentos al contenido que ven en la televisión, internet, cine, videojuegos, redes sociales o en plataformas con servicio de streaming. Es importante conocer que existe información sobre sistemas de censura y control parental.

Asistir a los controles médicos de crecimiento y desarrollo, mantener una alimentación saludable, realizar actividad física de forma rutinaria, asegurar que el niño duerma la cantidad de tiempo suficiente (de 9 a 12 horas cada 24 horas) será parte del cuido de la salud física del infante.

Si usted se siente inseguro sobre algún cuido del niño o niña en cuanto a su salud física, desarrollo, o sobre sexualidad, puede buscar orientación con su médico y pediatra de cabecera, también puede informarse con fuentes seguras.

La misión que tenemos como sociedad es acompañar y orientar a niños y niñas a que descubran y desarrollen habilidades suficientes para que puedan tomar decisiones en todos sus entornos, de esta forma se inicia la construcción de la personalidad saludable, la cual incidirá en el comportamiento en la adolescencia y vida adulta.

Información sobre sexualidad que puedo compartir con niños de 7 a 10 años de edad:

Información básica:

  • Cambio del cuerpo de niños y niñas con el pasar de los años.
  • Brindar respuestas simples a las funciones de cada parte del cuerpo.
  • Explicar de forma sencilla cómo crecen los bebés dentro del vientre y el proceso de nacimiento.
  • Límites personales: partes privadas del cuerpo que siempre debe mantener cubiertas o con ropa y no permitir que nadie las toque, tampoco tocar esas partes en otros niños.
  • En niños de 8-9 años: cómo enfrentarse a los cambios de la pubertad, hablar sobre la menstruación con niñas y sueños húmedos con niños.

Información de seguridad:

  • Reconocer el abuso sexual: otra persona toca sus partes privadas o pide para que el niño las toque. Puede ser un desconocido, amigo o familiar. Recalcar que el abuso sexual no es culpa del niño.
  • Enseñar que debe huir/correr si un adulto desconocido le pide que se vaya con él, también ayudar a identificar a las personas de confianza (padre, madre, hermanos mayores, maestros, vecinos, policía) y recurrir a ellos para contarles lo sucedido.

Dra. Claudia Mérida López García. Doctora en Medicina, máster en Epidemiología, máster en Infección por VIH, colaboradora técnica médica en atención a la niñez.