Microbiota intestinal y salud.
Muchos habremos escuchado la famosa frase de antaño “somos lo que comemos”, y a la vez nos habremos preguntado qué querían decir nuestros antepasados con esa frase; desde décadas pasadas (1683) se tenía conocimiento de la presencia de microorganismos que habitaban en el cuerpo, y que una parte de ellos podrían estar asociados a la longevidad de las personas y otros a su enfermedad; volviéndose un objeto de interés y estudio por parte de muchos investigadores de la época, descubriendo que estos microorganismos podrían verse favorecidos o no por la ingesta de algunos componentes de la dieta.
Los avances tecnológicos actuales han revolucionado y mejorado el concepto que se tenía hace décadas de estos microorganismos; llegando a conocerse en la actualidad que estos microorganismos trabajan de manera conjunta con cada sistema de nuestro cuerpo, tienen un material genético mayor que el cuerpo humano con desarrollo de funciones complejas, que influyen en nuestro día a día y que están presentes desde el origen del ser humano; durante cada fase de su desarrollo, desde su fecundación, vida intrauterina, nacimiento y en cada etapa de la vida; adquiriendo en cada una de ellas nuevas colonias de microorganismos que desempeñarán un rol fundamental de apoyo a las funciones del cuerpo humano.
Inicialmente, este conjunto de microorganismos se descubrió en el intestino, denominándose entre muchos otros nombres como flora intestinal, actualmente se conoce que estos microorganismos forman agrupaciones en distintas partes del cuerpo humano (boca, piel, sistema respiratorio, sistema urinario, intestino, etc.) hasta llegar a su denominación actual microbiota.
¿Qué es la microbiota intestinal?
Conjunto de microorganismos vivos (bacterias, virus, parásitos, hongos) que habitan en el intestino humano, desarrollan funciones específicas, y tienen un papel fundamental en el crecimiento corporal, desarrollo de la inmunidad y en el aprovechamiento de nutrientes.
Se estima que alrededor del 90% de las bacterias de la microbiota habita en el colon de una persona adulta, sin embargo, esta cantidad de bacterias es variable, siendo menor en las primeras etapas de la vida hasta llegar a un valor y concentración similar a los de la vida adulta, más o menos estable a la edad de los 2 años.
En el niño, como ser humano en desarrollo cada logro nuevo representa la adquisición de microorganismos que formarán parte de su microbiota; tal es el hecho de probar nuevos alimentos, jugar en el patio, llevarse las manos y juguetes que han estado en el suelo a la boca, dejar el pañal, iniciar el entrenamiento para ir al baño, ir a la escuela, compartir alimentos con sus compañeros de clase, etc.; todo esto lo convierte en un ser vulnerable, que necesita apoyo para reconocer y reaccionar ante la presencia de bacterias que son benéficas y ejercen función de barrera ante las que provocan enfermedad; razón por la que es importante realizar acciones que nos permitan mantener una microbiota intestinal variable y saludable.
Cada dieta induce una microbiota con predominancia de genes especializados hacia la digestión microbiana de estos alimentos.
Funciones de la microbiota intestinal en el niño.
- A nivel de colon ayuda a procesar los carbohidratos complejos como la fibra vegetal.
- Produce neuro metabolitos, moléculas químicas y precursores de hormonas a través del procesamiento de alimentos que no pueden ser digeridos por el cuerpo; generando señales de deseo de comer, saciedad, regula el estado de ánimo y, además, regula la inflamación y producción de gas.
- Produce vitamina B y K.
- Ejerce función de barrera reconociendo las bacterias que le benefician y evitando que hiperreaccione ante la presencia de estas (modulación de la respuesta inmune).
- Estimula la producción de defensas por parte de la mucosa intestinal (aumenta la producción de moco, produce anticuerpos, secreción de proteínas microbianas y péptidos, reconocimiento de antígenos) para evitar el crecimiento de bacterias dañinas y hongos.
- Producen ácidos grasos de cadena corta que funcionan como combustible para que las células intestinales se desempeñen de manera adecuada, permitiendo así la absorción, y procesamiento de muchos nutrientes.
Factores que influyen en la microbiota intestinal.
Los organismos que forman parte de la microbiota intestinal y el predominio de unos organismos sobre otros son determinados por el tipo de fuentes nutricionales, es decir, el tipo de dieta, los factores genéticos y su entorno social.
Manifestaciones en la salud de la microbiota intestinal alterada.
Las manifestaciones pueden ser múltiples y muy variables, y no solo atribuibles a la alteración de la microbiota, pueden ser desde modificaciones en el patrón evacuatorio de nuestros niños, dermatitis atópica, rinitis, tos, alteraciones del comportamiento y conducta, alergias e infecciones recurrentes.
¿Qué podemos hacer para mantener una microbiota intestinal saludable en nuestros niños?
- Se recomienda la toma de alimentos con alto contenido en bacterias vivas como: lácteos fermentados.
- Los alimentos con fibras no digeribles son prebióticos y ayudan a mantener la flora como: ajo, cebolla, zanahoria, puerro, alcachofa, papaya, manzana y plátano.
- Evitar la automedicación: sobre abuso de antibióticos y desparasitantes de forma rutinaria.
- Evitar la ingesta de alimentos ultra procesados, ya que llevan aditivos como preservantes que dañan la microbiota intestinal y funcionan como partículas capaces de provocar respuesta alérgica.
- Realizar actividades al aire libre, practicar deportes que nos permitan el contacto con la naturaleza.
- Toma de probióticos y prebióticos recomendada por su pediatra, para lograr una recuperación más rápida y efectiva de la microbiota intestinal, cuando esta ha sido dañada por la toma de antibióticos o por una diarrea prolongada.