Tips de alimentación para “picky eaters”.

¿Qué es un “picky eater”?

Es un niño que es sumamente selectivo a la hora de comer. Rechaza alimentos específicos como los vegetales y tienen preferencia por otros alimentos con azúcares y harina.

¿Les ha pasado como padres, que por más que escondan los pedacitos de vegetales en las comidas, sus niños son lo suficientemente astutos para sacarlos y evitar comerlos?

Esto es muy común en realidad, y nos deprime ver que aparentemente los chicos no consumen los nutrientes necesarios para su edad, pero a veces tenemos perspectivas irreales de lo que deben comer los niños en cantidad y calidad; entonces, surge la pregunta ¿Qué, cuánto y cómo deben comer los niños?

El plato soñado.

Así como para Mafalda su peor pesadilla era comer sopa (de paso, está sobrevalorada la sopa en cuanto a su aporte nutritivo), para la mayoría de los chicos un plato repleto de verduras es muy poco apetecible; los padres en cambio sueñan con que ese plato de verduras sea engullido por sus hijos 1 o 2 veces al día, eso no es necesario. Las necesidades de nutrientes de los niños incluyen vegetales en una dimensión igual al 25% del plato a consumir, y eso va a cambiar acorde al comer de cada niño; de modo que, para un pequeño de 4 años, el comer 2 rodajas de tomate y 2 de pepino, una ramita de brócoli más un bastón de zanahoria, 1/3 taza de lechuga en tiras o una crepa que tenga un poco de alfalfa, puede ser su cuota de ese tiempo de comida.

Modelaje, ¿cómo logro que mi pequeño coma verduras?

Hay una cultura muy antigua en los hogares, y es el hecho de premiar con comida; si haces algo bien te ganaste un postre, si te portaste mal te toca doble porción de verduras o simplemente no hay dulces para el que saque malas calificaciones. Eso crea que una necesidad biológica como lo es comer pierda su naturaleza.

7 consejos para los niños que son muy selectivos para comer.

Quizás muchas madres desean que les dé recetas diferentes y atractivas para que sus hijos coman, no quisiera defraudarles, pero el hacer comidas demasiado elaboradas no arreglará el problema, lo acrecentará. Es necesario que alimentemos a nuestros hijos y les enseñemos disciplina al mismo tiempo, eso incluye el respeto por la comida y la comprensión de lo que es realmente bueno y malo. Por lo antes explicado quiero dejarles los siguientes consejos.

  • Acostumbre a preparar una misma comida para todos, no haga excepciones (ni siquiera con el papá). Esto indicará que no hay favoritismos y que siempre hay algo bueno a la mesa, tan bueno que todos van a disfrutarlo.
  • No obligue a su hijo a comer. Eso hace que la experiencia con algunos alimentos sea traumática, hace que incluso comidas como la sopa de frijoles tenga un significado doloroso para algunos adultos.
  • Si tiene mucha dificultad para que sus hijos coman alimentos saludables elimine de su alacena productos procesados como galletas, dulces, yogures azucarados, postres, helados, pan dulce, y cualquier otro que pueda significar un estimulante, ya que serán la primera opción a escoger para ellos.
  • Si su pequeño se rehúsa a comer el alimento preparado, no le ofrezca diferentes opciones. La casa no es un restaurante a la carta, a menos que usted desee implementar este concepto, de hecho, en una alimentación equilibrada las salidas a restaurantes se recomiendan en una frecuencia no mayor a una vez por semana, ya que siempre en este modelo por más opciones saludables que se tengan, el comensal optará por la de mayor sabor y por último quedará el aporte nutricional que el platillo pueda aportar.
  • No ofrezca comida fuera de los tiempos estipulados. Si su pequeño no comió en cualquiera de los tiempos, dígase desayuno, refrigerio, almuerzo, merienda o cena, evite darle comida fuera de esos momentos específicos; tampoco cargue de más los refrigerios a medida que tomen la naturaleza de comidas formales; de esa manera se afirmará la idea que los tiempos de comida son importantes y que se deben aprovechar y no desperdiciar. 
  • Sirva los alimentos en orden. Iniciando por las verduras en las cantidades adecuadas (no muy poco ni demasiado), proteínas como siguiente plato junto al acompañamiento como carbohidrato y por último deje las frutas. Recuerde que el plato de su hijo dependiendo de su edad va a ser más pequeño que el de una persona adulta, debe ser observador y hacer las modificaciones, en la mayoría de los casos 4 o 5 bocados de cada grupo de alimentos es suficiente.
  • Permita que su pequeño participe en la elaboración del menú de la semana, y de ser posible que también participe en alguno de los pasos de la preparación. Esto reforzará el interés por el resultado de lo que ellos mismos han cocinado.

Ser padres o cuidadores no es fácil, lleva muchos desafíos y a veces la crítica sobre el peso de nuestros hijos, su apariencia o su nivel de energía nos afecta tanto que como medida desesperada nos convertimos en meseros de nuestra propia casa, eso es justo lo que debemos evitar; la alimentación lejos de ser un problema es una oportunidad para enseñar valores, estrechar los lazos familiares, practicar el modelaje de roles y hacer tradiciones que perduran toda la vida.

Escrito por: Licda. Nubia Guardado de Alfaro.

Nutricionista dietista.