Síndrome metabólico en la niñez y el papel de la familia.

Todos sabemos que, en los últimos 20 años, la malnutrición asociada a sobrepeso y obesidad, se ha convertido en una pandemia a nivel mundial, que no distingue edad, raza o sexo. 

¿Qué tiene esto de importante?  

La obesidad y el sobrepeso se han asociado a cambios metabólicos como:

  • Resistencia a la insulina: (el páncreas produce mayor cantidad de insulina para mantener normales los niveles de azúcar en sangre).
  • 2.  Dislipidemia: aumento del colesterol y los triglicéridos en sangre.
  • 3.  Hipertensión arterial: presión alta.
  • 4.  Aumento del tamaño de la cintura (perímetro de cintura).
  • 5.  Hígado graso: presencia de grasa en el tejido hepático.

Dando origen a una enfermedad que se conoce como síndrome metabólico. Sin embargo, hay que aclarar que esta condición no puede ser diagnosticada en los niños por debajo de los 10 años.

Existen muchas definiciones de esta patología, pero una de las más completas es la siguiente: 

“Es un conjunto de factores de riesgo que requieren la presencia de obesidad central, hipertensión arterial, dislipidemia y resistencia insulínica, todos estos elementos predisponen a los adultos y a los niños a desarrollar hígado graso y aumento en el perímetro de cintura”.

Este síndrome es muy frecuente en los niños mayores de 10 años que presentan obesidad, pero más aún, en aquellos que presentan alteraciones en la insulina (resistencia insulínica).

Gracias a los avances de la ciencia, se ha logrado establecer una relación directa entre la resistencia insulínica (RI) y mayor probabilidad de padecer de cáncer en la edad adulta; además de mayor riesgo de enfermedades del corazón (cardiovasculares). Cualquiera de estas situaciones puede significar una vida más corta para aquellos niños que la padezcan.

Pero: ¿por qué se origina?, ¿Quién o quiénes son los causantes de esta enfermedad?

La obesidad y las alteraciones en la insulina (hormona encargada de mantener los niveles de azúcar normales en la sangre) son los dos factores más determinantes para dar origen al síndrome metabólico en los niños.

¿Qué es un estilo de vida poco saludable?

  • Alimentación diaria desequilibrada y rica en carbohidratos (harinas y azúcares), consumo de comida procesada o comida rápida muy frecuentemente en la semana, consumo de bebidas artificiales azucaradas, etc.
  • Sedentarismo: en la actualidad, los niños casi no realizan ejercicio como: salir a la calle a jugar o practicar algún deporte, realizar tareas en el hogar, etc.
  • Tiempo en pantallas: los niños invierten mucho tiempo tras la pantalla de teléfono móvil, una tablet o televisión en lugar de realizar actividad física. 
  • Al mantener estos hábitos poco saludables por tiempo prolongado estamos colaborando con la aparición del síndrome metabólico en nuestros hijos.

¿Qué papel tenemos los padres y demás familia en la aparición del síndrome metabólico en nuestros hijos?

Los niños aprenden a través del ejemplo.  Es decir, si nosotros como padres no nos preocupamos por tener hábitos de vida saludables, sin querer o de manera inconsciente, le estamos enseñando a nuestros hijos a ser sedentarios y/o a tener hábitos de alimentación poco saludables. 

El tratamiento del síndrome metabólico comprende: 

  • 1.  La elaboración de un plan de alimentación adecuado, que tiene como objetivo mejorar la sensibilidad a la insulina y, prevenir o corregir las alteraciones metabólicas y cardiovasculares asociadas.
  • 2.  Se debe acompañar de la realización de ejercicio físico regular y sostenido. 
  • 3.  En algunas ocasiones, un adecuado soporte psicológico.

Nuestra responsabilidad como padres es dar el ejemplo:

1.  Debemos comer saludable, aplicando las proporciones del plato saludable de comida: 50% de verduras, 25% del plato en proteínas, 25% harina, una fruta y agua de beber.

2.  Debemos realizar actividad física diaria, invitar a nuestros hijos a realizar dichas actividades con nosotros y convertir el ejercicio en un momento agradable de convivencia familiar. Así no solo estaremos ayudando a mejorar la salud de nuestros hijos sino también a estrechar lazos con ellos.

3.  Debemos disminuir el tiempo de pantalla que invertimos nosotros como adultos y nuestros hijos.  Por ejemplo, tener tiempos de comida en familia y sin dispositivos cerca.

Los padres somos ejemplo de vida para nuestros hijos, somos sus referentes. Si nos preocupamos por practicar un estilo de vida saludable, estaremos colaborando a que nuestros hijos aprendan siguiendo esa misma línea, y que con ello se alejen de muchas enfermedades crónicas, incluyendo el síndrome metabólico, garantizando así una vida larga y llena de salud.

Dra. Tania L. Arévalo Saade – Pediatra endocrinólogo.