Bajo peso al nacer.

Riesgo de enfermedades cardiometabólicas en el adulto.

Por lo general, siempre se piensa que las circunstancias que rodean a un bebé al nacer no tienen relación con las enfermedades en el adulto, pero, con el transcurrir del tiempo nos hemos dado cuenta que esto no es cierto; pues hay situaciones al nacer como el bajo peso o la restricción del crecimiento que sí están relacionadas con enfermedades como las cardiometabólicas, la obesidad y diabetes.

Es así como surgió la “hipótesis de Barker” (1) a finales de la década de los 70, está relaciona la mortalidad por cardiopatía coronaria con la programación nutricional fetal.

La anterior hipótesis señala que, la falla del crecimiento adecuado y las consecuencias de la malnutrición en las etapas fetal y neonatal pueden resultar en efectos perjudiciales a largo plazo y/o permanentes; constituyendo lo que se describe como enfermedades del adulto de origen neonatal. Entre estas enfermedades tenemos: obesidad, enfermedad cardiovascular, hipertensión arterial, accidente cerebrovascular y cáncer (2).  Por lo tanto, es importante tener un buen control y conocimiento desde la gestación para luego, recibir un mejor tratamiento del déficit nutricional en la etapa neonatal.

Uno de los órganos más sensibles a problemas nutricionales es el riñón; tanto en la etapa prenatal como postnatal (2), el bajo peso al nacer como la restricción del crecimiento intrauterino, se ha visto asociado a un menor número de nefronas (células del riñón), lo cual predispone en la edad adulta a hipertensión arterial y enfermedades renales (2).

Cuando hablamos de nutrición en la etapa neonatal el objetivo tampoco debe ser un aumento descontrolado de peso sin una programación nutricional establecida, pues en ocasiones por desear un aumento rápido de peso, desbalanceamos el aporte adecuado de nutrientes como los carbohidratos, lípidos y proteínas; esto ocasiona un acúmulo inadecuado de grasa corporal. Estudios reportan que, existe una asociación y efectos profundos de la masa grasa corporal, la sensibilidad a la insulina y diabetes en el adulto (2).

La alimentación postnatal necesita de conocimientos de la fisiología neonatal y de sus requerimientos para un crecimiento y desarrollo óptimo, evitando así, enfermedades metabólicas y cardíacas a largo plazo. Es de señalar que la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida es un factor protector para evitar las enfermedades crónicas no transmisibles del adulto (3), por ello es importante fomentarla cuando hablamos de nutrición neonatal. 

Todo equipo de salud debe estar comprometido a mejorar los conocimientos y la educación acerca de la vida desde la etapa fetal, luego la neonatal y sus posibles consecuencias en la etapa adulta, todo con el objetivo de mejorar las condiciones y calidad de vida de las personas.

Fuentes:

  • 1-SIBEN, Tercer consenso Clínico. “Nutrición del recién nacido enfermo” 2005.
  • 2- SIBEN, Nutrición del recién nacido sano y enfermo, 2020.
  • 3-Jonsson Al. Role of gut microbiota in aterosclerosis. Nat Rev cardiol. 2017.