Cuando tu cuerpo grita

La importancia de hacerse un chequeo médico a tiempo.

¡Hola! Me llamo Mirna Elizabeth Lemus de Chávez, soy  maestra en educación parvularia y tengo 55 años trabajando en una ONG, referida en educación; hace cuatro años me trasladan a la región paracentral y empecé a adelgazar y mi persona lo asociaba al calor que hace en la región, no puse mucha atención; yo feliz porque era gordita y estaba adelgazando, pero mi cuerpo me avisaba que algo no estaba bien, fui a una consulta por infección de vías urinaria, me realizaron exámenes clínicos y  en los resultados me dicen  que  soy diabética; me asusté, no puede ser, si yo no siento nada, expresé; fui donde un médico especialista  y me dejó medicamento, hasta ahí todo bien, fue pasando el tiempo y mi familia nuclear me decía, “no es verdad lo que te dijeron sobre que tú eres diabética”; en ese momento no aceptaba mi realidad, pero, había una espinita que decía, si eres diabética; ellos lo decían porque en mi familia y descendientes no hay diabéticos.

Así pasé perdiendo  peso,  tenía  poco apetito, pasó más tiempo, mi yo interior decía, algo no está bien, algo está sucediendo en mi cuerpo y  tenía miedo ir de nuevo donde el médico y que me dijera, sí, eres diabética; un diagnóstico médico que yo sabía pero me negaba a aceptar.

Incluso compañeras, amigos y familia me preguntaban, ¿Qué pasa, por qué estás tan delgada?

—Nada todo bien, era mi respuesta; yo siempre fuerte con mucha energía y ganas de vivir, pero mi cuerpo estaba gritando y me daba señal de aviso, continuaba sin darle importancia.  En eso nos llega el encierro por la pandemia de la COVID-19, y me medía la glucosa en sangre con el aparatito de glicemia, siempre  me  salía alta el azúcar y llegué a pensar este aparato no sirve, solo alta me sale el azúcar y me siento bien; así en los siete meses no me bajaba la glucosa, me preocupé, ¿será que estoy mal de salud?, ¿me voy a morir?, me cuestionaba.

Cuando salimos de la cuarentena lo primero que hice fue buscar un médico, tomé la fuerza  de pasar consulta y dijo el Doctor lo que no quería escuchar, padeces diabetes y todos los exámenes  clínicos  te salen bien altos; me preocupé mucho y desde ese momento he empezado mis medicamentos, mis consultas constantes, las citas no las dejo perder a  la par los exámenes clínicos, que son los que nos dan el parámetro de nuestro equilibrio, de cómo estamos de salud. Acepté que padezco de diabetes a partir de ahí; Dios y el Dr. me han recuperado, soy otra persona, feliz, he recuperado peso, me veo mejor, tengo más energía, me siento motivada. Mi familia y amigos dicen que me veo súper bien, que me estoy recuperando. Amigas, amigos escuchen a su cuerpo, él nos avisa si algo no está funcionando bien, pongan atención, no esperemos que nos grite.

Saludos y bendiciones.