DECÍDETE, INFÓRMATE Y VACÚNATE.
Mucho se ha dicho sobre las vacunas contra la COVID-19 por los diferentes medios de comunicación de los que ahora disponemos. Buena parte de los mensajes son totalmente falsos o simplemente son falacias. Sería imposible aclarar cada uno de los muchos mensajes desinformativos que circulan por las redes sociales. Incluso, hay medios televisivos y radiales que cayeron seducidos ante lo que parecía un abordaje profesional.
La vacunación ha sido utilizada para prevenir y controlar una gran cantidad de enfermedades infecciosas. Ahora, después de muchos años de una inversión sostenida y cada vez más amplia en la adquisición de vacunas, hemos logrado controlar y eliminar enfermedades como el sarampión y la poliomielitis, entre otros.
La vacunación es la intervención sanitaria más costo-efectiva que se haya empleado en la historia de la humanidad. Está basada en un principio natural y fisiológico, como es la estimulación del sistema inmunológico para producir células de memoria y anticuerpos contra el agente causal. Este principio fue descrito hace siglos por un médico llamado Paracelso; pero fue hasta en los últimos dos siglos que tomó forma como una tecnología médica de aplicación masiva.
La humanidad no se detiene en su evolución, y ahora contamos con nuevas tecnologías que permiten elaborar vacunas en plataformas innovadoras. Las vacunas contra la COVID-19 están elaboradas con esas tecnologías. Sin embargo, a pesar de ser tecnologías nuevas, comparadas con las utilizadas en el siglo XX, los resultados de los ensayos clínicos han demostrado fehacientemente que son seguras y eficaces.
Las razones para vacunarse son muchas; pero comentaré solo tres de ellas, las que considero más importantes. Primero, existen procedimientos establecidos por las agencias reguladoras como la Food and Drug Administration (FDA) y la European Medicines Agency (EMA). Los procedimientos son estrictos, y a pesar de haber habilitado un mecanismo de emergencia, esto no significa que su grado de exigencia sea menor. Las vacunas contra la COVID-19 que han sido aprobadas bajo su revisión y que están disponibles, todas han demostrado un alto perfil de seguridad y eficacia.
Segundo, los efectos adversos supuestamente atribuibles a la vacunación (ESAVI) están siendo vigilados continua y sistemáticamente por los ministerios de salud. Esta vigilancia no es nueva, pues ha sido implementada para todas las vacunas del esquema ampliado de vacunación en el país. Lo cierto es que la tasa de incidencia de ESAVI se mantiene por debajo de los niveles esperados.
Algunas personas hacen un escándalo por uno o dos eventos reportados, especialmente ahora que las redes sociales permiten que cualquiera publique cualquier cosa. La realidad es que esos eventos se producen en la población de manera regular y no por la vacunación. Un ejemplo es la anafilaxia, que tiene normalmente una tasa de incidencia y que ahora con la administración de millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 en el mundo, no se ha incrementado de manera significativa.
Además, cuando se produce un ESAVI, entonces se desencadena una investigación epidemiológica cuyo objetivo es, en primer lugar, controlar el aparecimiento de nuevos casos (generalmente se interrumpe la vacunación hasta demostrar el origen) y segundo, documentar científicamente y encontrar la causa. Si es la vacuna, entonces se toman todas las medidas necesarias para controlar la situación.
Tercero, por un principio de ética y solidaridad. La ética implica buscar el bien común y la solidaridad fortalecer un espíritu de cooperación con los demás. Si un ciudadano se vacuna, no solo se protege a sí mismo, sino que protege a los demás. Aquí el concepto de inmunidad colectiva es importante. Una población se vuelve inmune y logra interrumpir la transmisión viral cuando alcanza coberturas de vacunación de aproximadamente un 70%. Otro punto importante es llegar a esa cobertura lo más pronto posible. Por eso, el que cada uno de nosotros se vacune, no solamente es para protegerse a sí mismo, sino para proteger a sus seres queridos, familiares y amigos.
Por favor, esté atento al turno cuando le toque vacunarse, haga su cita y adminístrese la vacuna. Seamos responsables con nuestra propia salud y con la de los demás.