Previniendo y evitando la diabetes en familia

La diabetes mellitus  afecta actualmente a más de 420 millones de personas en el mundo,  con muchas más en riesgo. En respuesta a la amenaza creciente que representa la diabetes, la Federación Internacional de Diabetes (IDF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1991, nos convocan el 14 de noviembre de cada año a conmemorar el Día Mundial de la Diabetes, que sirve de trampolín para promover acciones orientadas a concientizar a las personas sobre el  grave riesgo que este trastorno representa y mantener a la diabetes en el punto de mira mundial público y político, logrando acciones conjuntas que permitan hacer frente a este flagelo.

Para este año se ha propuesto que la temática principal  gire alrededor de la familia y la diabetes con  el lema “La diabetes concierne a cada familia”. La campaña se ha centrado en el impacto de la diabetes sobre la familia y  promocionar el papel relevante de las familias en la educación, prevención y atención de esta condición. Sin duda, la familia aporta mucho en el cuidado de la salud de sus miembros y  puede ayudarnos a gestionar otros ámbitos relacionados con la diabetes, como son:

  • Promoción de la salud. La familia es un pilar fundamental en la construcción de hábitos saludables. Los padres son los responsables de capitanear el barco de los estilos de vida y guiar con su ejemplo a los hijos, que como tripulantes naturales aprenderán por modelaje y luego practicarán conductas saludables.
  • Prevención de diabetes. Las intervenciones más eficaces y de menor costo promovidas por la OMS y OPS para la prevención de las principales enfermedades crónicas no transmisibles o ENT (enfermedad cardiovascular, diabetes, EPOC y cáncer), es la adopción de cambios en el estilo de vida, que incluyen: alimentación sana y balanceada, evitar el alcohol, eliminar el tabaco y realizar actividad física diaria.  Las ENT son responsable de 8 de cada 10 muertes en el mundo.

Las personas que asumen estilos de vida saludables, previenen el desarrollo de diabetes, tal como se mostró el estudio DPP (Diabetes Prevention  Program) donde la implementación de cambios en los estilos de vida (pérdida de peso y ejercicio) pudo prevenir el inicio de diabetes en un 58% de casos.

  • Detección temprana de diabetes. Aunque la detección es una actividad médica, también concierne a la familia. Dado que esta enfermedad es silenciosa en la mayoría de los casos, con el concurso de la familia podríamos diagnosticarla precozmente, aumentar los casos conocidos —1 de cada 2 personas con diabetes no están diagnosticadas— y luego asegurar un buen control.
  • Control de la diabetes. El cuidado de la diabetes es más fácil cuando participa la familia y apoyan al paciente en su control. El acompañamiento familiar en la educación continua, la adopción de estilo de vida saludable, el monitoreo diario y el tratamiento regular, son claves para un mejor seguimiento.
  • Evitar complicaciones. El buen control de la diabetes y de los factores de riesgos asociados, son el salvoconducto que evita o retrasa las complicaciones agudas y crónicas de esta patología.

 

Por último, el protagonismo de las familias y de las personas que padecen diabetes hará posible la meta  de vivir una vida feliz y saludable en cualquier etapa de la existencia, incluyendo la vejez.