“Mi abuelo, el mejor modelo a seguir”.

Mi nombre es Michelle Pinto, tengo 27 años de edad y soy licenciada en Relaciones Internacionales. Desde que estoy pequeña crecí al cuidado de mis abuelos maternos, recuerdo que, a temprana edad me gustaban mucho los idiomas y mi abuelito siempre me impulsó para que yo pudiera aprender los idiomas que yo quisiera, a los 3 años de edad él me enseñó alemán y con el paso de los años también fui a clases de inglés y francés. 

Mi abuelito siempre ha sido mi pilar, mi modelo a seguir y la persona a la que más admiro en la vida, me ha enseñado que, a pesar de las adversidades, pruebas o desiertos Dios siempre tiene el control de todo. 

Cuando yo estaba en el tercer año de mi carrera, a mi abuelito le ofrecieron dar clases de alemán en un colegio, pero como eran bastantes grados, dijo que la única forma en la que aceptaría el trabajo es que yo impartiera clases con él; y así fue como hace 6 años empezamos esa nueva etapa, aventura y reto de dar clases a niños desde 1er grado hasta 2do año de bachillerato; gracias a esta oportunidad yo empecé a encontrarle amor a la docencia aunque es totalmente diferente a lo que estudié, siempre admiré ese don que mi abuelito tiene de enseñar y es algo que llenaba de mucha felicidad mi corazón; gracias a Dios hoy estamos juntos dando clases de alemán, y aunque hay momentos en los que ha sido todo cuesta arriba hemos podido ver la mano de Dios, sobre todo en la salud de mi abuelito, ya que al tener 83 años le han llegado enfermedades pero es lindo poder estar al cuidado no solo de él, sino también, de mi abuelita ya que siempre estamos juntos; para mí son mis papás, mi mayor ejemplo a seguir, lo más valioso que tengo y disfruto cada momento a su lado. 

A veces cuidarlos es todo un reto, pero si hay amor, paciencia y comprensión ellos lo perciben y eso hace que ellos también pongan de su parte y su cuidado sea más fácil. Admiro demasiado a mis abuelitos porque a la edad que tienen, son personas fuertes y siempre salen adelante a pesar de las circunstancias, considero que es una bendición poder tenerlos con vida y le pido a Dios me los preste por muchos más años para poder seguir aprendiendo de ellos, cuidándolos y sobre todo disfrutando cada día a su lado. 

Mi abuelito siempre ha creído en mí, ha estado apoyándome en cada momento, me ha ayudado a levantarme las veces que ni yo misma he podido, para mí es un curita en mi corazón; poder compartir con él no solo en la casa, sino también, tenerlo como mi compañero de trabajo me hace muy feliz porque sé que cuando me equivoco o cometo una falta él me corrige con amor, me hace ver y entender que a pesar de cada cosa hay que ser agradecidos siempre. Mi abuelito me inspira a ser mejor persona cada día, a superarme y siempre hacer cada cosa con amor y no fijándome en las personas. Recuerdo que cuando era pequeña yo siempre decía que cuando estuviera grande quería ser como él, hablar varios idiomas, viajar por el mundo y superarme. 

Yo siempre digo que para mí es un orgullo ser su nieta porque es una persona increíble, llena de tanta felicidad y tiene un brillo increíble; no es solo mi abuelito, sino que también, es mi papá, consejero, amigo y mi mayor ejemplo a seguir porque a pesar de mis errores o faltas él nunca me juzga, sino que siempre hace que yo pueda identificar en qué he fallado y me ayuda a corregirlo para no volver a cometerlo en un futuro. 

Cuando inicié mi carrera universitaria yo le decía que cualquier cosa él me iba ayudar, y así fue, cuando yo no entendía algo, cuando necesitaba que me explicaran mejor un tema él siempre estaba allí, conmigo, ayudándome y explicándome con tanto amor hasta que yo pudiera comprender todo; me daba ideas para hacer mejor mis tareas o trabajos, estuvo a mi lado cada vez que me frustraba o estresaba cuando algo no salía como yo quería; me decía que no me preocupara que Dios me iba a dar la sabiduría para poder hacer todo de la mejor manera, porque siempre me ha recalcado que no me tengo que conformar con nadie, que debo tratar de ser lo mejor posible y no rendirme ante cualquier adversidad.