El costo de estar bien.

Vale la pena iniciar el artículo dirigiéndome a la población más joven, verte en un espejo todos los días debe ayudarte a notar tus problemas. En esta generación ocurre una idea errada de salud y bienestar, se instruye que debes sentirte cómodo con tu cuerpo sin importarte cómo te vean los demás y romantiza la idea de que “todo está bien” aunque estés pasado de peso; siempre y cuando “te ames como te ves”.

Normalizar esta situación te deja en una idea deliberada que te permite ignorar el hecho de hacerte chequeos médicos, y te hace creer que las libras de más están permitidas por la idea del “amor propio”.

Pero, tus dolores de cabeza aumentan, no encuentras nada de tu talla, te sientes mal y cansado todo el tiempo; lo cual te orilla a tomar la decisión de realizarte chequeos médicos, llevándote la “sorpresa” de que tienes una enfermedad crónica que es diagnosticada como diabetes.

Miles de jóvenes que padecemos de esta enfermedad no sabemos cómo iniciar un cambio. Como economista te daré un estimado bastante necesario de lo que a partir de mis 28 años tuve que empezar a tomar en cuenta en mi planificación financiera; de mi salario debo destinar un 20% a mis ahorros; y un 20% para mi enfermedad que deben poder distribuirse en, consultas médicas, medicinas, y respaldarme para cualquier crisis que pueda llevar a una hospitalización; además, presupuesté mis ahorros para que en un periodo de 20 a 25 años tenga la posibilidad de presentar una incapacidad que me impida seguir trabajando por el deterioro de la enfermedad. Todo esto lo vi la primera vez que entré al consultorio en el cual me diagnosticaron una enfermedad con la que debo vivir. 

Pero, les tengo buenas noticias, descubrí algo muchísimo más económico y con mayores expectativas de una vida normal, decidí cambiar mi vida como un plan financiero con un ahorro de miles de dólares a largo plazo, y un aumento de mi estimación de vida promedio útil. El cual se basa en dos “simples cambios”, alimentación y ejercitar tu cuerpo.

Inicié con un plan de alimentación y déjenme decirles que, quien les dice que es un aumento en tu presupuesto de alimentación está bastante equivocado, el aprender a comer en casa y a cocinar disminuyó mis costos de alimentación en un 50%, con esto iniciamos bien, ¿cierto? En la práctica fue mucho más complicado de lo que se imaginan, debido a que no sabía mucho de cocina, pero empecé con platos fáciles de realizar y con muchas ensaladas que me facilitaron la vida y mi economía.

Ahora, venía la parte más difícil en mi plan, debía enfocarlo en el segundo punto, iniciar actividad física; les puedo decir con franqueza que el único ejercicio que realizaba era de mi cama al carro y luego a la oficina, bastante movimiento para mi cuerpo, ¿verdad? No se imaginan la odisea que fue, por lo que decidí no hacerlo los primeros dos meses del tratamiento, pero esto no me permitía avanzar con la báscula y mis objetivos.

De manera muy acertada, alguien me recomendó iniciar con una rutina de pilates en YouTube que créanme me encantó; luego me inscribí a clases de pilates, sin ser muy frecuente; mientras tanto, la báscula en los primeros meses no se volvió muy amigable conmigo. Entonces, decidí que debía ser más disciplinada, pasé de realizar pilates 2 veces a la semana a inscribirme en spinning y con eso inició el verdadero cambio, tanto en mi salud como en mi físico.

Estos pequeños cambios se volvieron un estilo de vida para mí, y ahora les puedo decir que tengo una alimentación balanceada y ordenada, además, hago actividad física 4 días a la semana. Si me preguntan, cómo veo mi futuro en estos momentos después de menos de un año de tratamiento y el terrible panorama económico que me planteé al descubrir mi enfermedad, es el de una persona que ha disminuido en gran manera las dosis de metformina, asiste solamente a sus controles con el doctor sin necesidad de ningún ingreso (excelentes ahorros en un par de meses).

Volvamos a las proyecciones financieras, de lo que destiné al inicio, ahora solamente necesito un 20% de ahorros, y un 5% para mis medicinas; pese a que reestructuré gastos que no eran necesarios, actualmente, me proyecto una estabilidad laboral muy buena, con una esperanza de vida mayor y una calidad muchísimo mejor.

¿Piensas que esto es de mucho beneficio para poder construir unas finanzas más estables en este mundo en que el precio de vida está incrementando?, de acuerdo a lo mejor dices que eso no te puede motivar (mira la foto de este artículo, con solo cambiar dos cosas en mi vida); el resultado de la báscula no es el mejor motivador, son tus exámenes de control y tu bienestar los que reflejan el fruto de tu esfuerzo, a pesar de tener una condición especial como es la diabetes. Entonces, ¿te animas a cambiar?

Mi consejo es que jamás digas, estoy demasiado joven para cuidarme, y que ames a tu cuerpo y mente tanto como para decir, ¡a partir de ahora voy a cuidar de mí!