¿Qué hacer cuando un anciano pierde el apetito?
Los alimentos son deliciosos, entran por nuestros sentidos por medio de su olor, su textura, su apariencia y su sabor; pero, ¿qué pasa cuando nuestros mecanismos sensoriales ya no perciben los alimentos que nos gustaban de la misma manera como solían hacerlo? Cuando ese pollo que tanto nos gustaba ahora es insípido y se hace difícil comerlo, incluso podemos sentirnos deprimidos al no disfrutarlo como antes lo hacíamos. El reto con la alimentación cuando ya somos personas grandes es que sabemos que debemos comer para suplir necesidades muy específicas, pero muchas veces no tenemos deseos de hacerlo.
Causas de la pérdida de apetito.
La pérdida de apetito tiene una prevalencia hasta del 30% de los adultos mayores y se relaciona con un mayor estado de fragilidad. Algunas de las causas de la pérdida de apetito son las siguientes:
- Consumo de medicamentos: es común cuando los medicamentos pasan por el estómago, en ocasiones pueden provocar cambios en el paladar y síntomas como inflamación, diarrea o estreñimiento. Incluso, pueden causar llenura que impide aceptar un mayor volumen de alimentos.
- Intolerancia a ciertos alimentos: son reacciones del sistema digestivo a sustancias que no puede procesar debido al déficit de alguna enzima, los síntomas aparecen de forma gradual y no suponen un riesgo para la vida del paciente.
- Falta de ejercicio y sedentarismo: con el paso de los años las personas practican menos ejercicio, en ocasiones por molestias articulares y otras dificultades para deambular, esto causa un menor gasto de energía, lo cual a su vez incentiva menos el apetito.
- Razones psicológicas: ansiedad por el futuro, tristeza, depresión, son causas de origen psicológico que afectan en la apetencia.
- Soledad y aislamiento social: es posible que a medida que envejecen pueden encontrar que es difícil mantenerse socialmente activos, esto puede deberse a pérdida de la audición, la visión, memoria o discapacidad; lo cual puede llevar a no tener interés en preparar sus propios alimentos o siquiera comerlos.
- Enfermedades: enfermedades de orden digestivo que afectan la manera de cómo los nutrientes son recibidos por el cuerpo, por ejemplo, síndromes de malabsorción, cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedades neurológicas, y también enfermedad dental.
Entonces, ¿qué hacer?
- Identificar y tratar las causas subyacentes: una visita al médico es muy útil, él indicará exámenes y pruebas para evaluar la salud y reconocer causas de la pérdida del apetito, también, indicará suplementos vitamínicos o nutricionales según sea necesario o una referencia a un especialista en nutrición.
- Ofrecer comidas y bocadillos nutritivos: el volumen de alimentos que un anciano puede recibir en ocasiones es reducido, de modo que la prioridad es cumplir los tiempos de comida, aunque las cantidades sean pequeñas. Procure ofrecer alimentos en momentos principales como desayuno, almuerzo y cena, y también en las 2 refacciones a media mañana y a media tarde. Entre los bocadillos puede ofrecer yogurt, preparaciones a base de leche, galletas fortificadas con frutos secos, fruta, gelatina, paletas de bebidas especializadas con proteína.
- Fomentar la actividad física: quizá la actividad física sea un reto en los adultos mayores, pero es necesario para mantener la integridad muscular y el gasto de calorías, de manera que hacer caminatas diarias, fisioterapia o movimientos en silla son muy provechosos.
- Establecer rutinas de comida: hacer un horario de actividades es muy útil, colocar un tiempo para el baño, medicamentos, ejercicios y comidas puede motivar a cumplir todas las actividades.
- Ofrecer opciones y variedad: incluir siempre frutas frescas, especialmente respetando las preferencias personales, verduras en cantidades adecuadas (ni mucho, ni poco), agregar pollo, carne, huevos, lácteos, frutos secos, etc., como fuente de proteínas de formas creativas (en albóndigas, con pastas, en sopas, en cremas para untar con pan, etc.).
- Evitar bebidas con las comidas: si se ofrecen bebidas al mismo tiempo de comer esto puede reducir la cantidad de alimento que se recibe por abarcar mayor volumen.
La paciencia y la perseverancia superan a cualquier medicina cuando de cuidar a quienes amamos se trata.
Nubia Guardado de Alfaro. Nutricionista dietista.