¿Qué es comer por ansiedad?

¿Comes por ansiedad?

Has tenido momentos de aburrimiento y te vas directamente al refrigerador, o después de un día muy estresante se te antoja una pizza, helado, o lo más común un chocolate en un momento de tristeza. Todo esto acompañado de pensamientos como “por una vez no pasa nada”, “me lo merezco”, “he tenido un día muy cansado”, “lo necesito”, entre otros.

El problema está en que te estás comiendo tus emociones disfrazadas en hambre, ya que se transforma en un escape para el malestar que se está experimentado, es decir una cura rápida para el estado de ánimo que se tiene en el momento.

Pero, ¿Qué es comer por ansiedad?

Es cuando una persona siente una gran necesidad de comer de forma impulsiva e incontrolada, la persona siente que necesita comer, aunque realmente no tenga hambre, pero siente que necesita satisfacer alguna situación que le está afectando emocionalmente, a eso se le conoce como hambre emocional; esto influye en las emociones no resueltas, como estrés, miedos, sentimientos de culpa, tristeza, baja autoestima, mencionando solo algunas causas que se relacionan con comer por ansiedad.

¿Cómo la podemos distinguir?

 

Hambre emocional:

  • Es ocasionada por una alteración emocional que crea la ansiedad.
  • Se siente entre la garganta y el pecho.
  • Se te antoja algún alimento en particular.
  • Se sigue comiendo aun estando satisfecho. (Atracones).
  • Hay sentimientos de culpa.
  • La sensación por comer aparece de la nada.
  • Esta sensación por comer debe satisfacerse en el momento.

 

Hambre real:

  • Es un hambre fisiológica, el cuerpo necesita cubrir esa necesidad.
  • El hambre se siente en el estómago.
  • El hambre aparece poco a poco.
  • Se está abierto a diferentes opciones de comida.
  • Te das cuenta de las cantidades que comes de forma consciente.
  • Dejas de comer cuando estás satisfecho.
  • Te sientes bien cuando terminas de comer.
  • No hay sentimiento de culpa.
  • Puedes esperar al siguiente tiempo de comida.

 

¿Cómo enfrentarlo?

  1. Identifica qué tipo de hambre tienes.
  2. Identifica las situaciones detonantes.
  3. Aprende a reconocer tus emociones y trabaja en ellas.
  4. Toma agua.
  5. Come con calma.
  6. Come de manera saludable.
  7. Potenciar actividades extras como hobbies, actividad física, entre otras.
  8. Pide ayuda de profesionales de la salud.

La psicología puede ayudarte a identificar y manejar adecuadamente tus emociones para comer con hambre real y no cuando sientes hambre emocional.

  • Principalmente el profesional en la salud mental puede ayudarte en reconocer que es importante aceptar tu imagen corporal, cambiar algunas conductas no adecuadas que afectan tu salud; así mismo, incorporar hábitos saludables, aprender a identificar pensamientos negativos y mostrándote una forma de enfrentar esas sensaciones y emociones que quieres evitar con la comida, a la vez, darte cuenta que huir del malestar emocional solo es momentáneo.

Cuida de ti con cariño y no con dureza, permítete comprender tus sentimientos y emociones; conoce estrategias y diferentes técnicas para manejar adecuadamente tu ansiedad, enojo, ira, estrés, entre otras emociones sin tener que refugiarte en la comida.

¡Siente y sana tus emociones, no te las comas!

Ahora es importante que hablemos sobre la ansiedad.

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es un sistema de alerta que se activa cuando una persona percibe un peligro o una amenaza, por lo tanto es una reacción natural que afecta la mente y el cuerpo otorgando una función básica que es la supervivencia. Cuando el cuerpo y la mente reaccionan al peligro, aparecen las sensaciones físicas de ansiedad como taquicardia, tensión muscular, dificultad para respirar, sudoración, malestar estomacal, y temblor en manos y piernas.

Las sensaciones antes mencionadas son parte de la respuesta del cuerpo de huir del peligro, esto puede presentarse como síntomas leves o en algunos casos intensos, ocurren instantáneamente cuando una persona siente una amenaza, en pocos segundos el cerebro procesa la situación y evalúa si la amenaza es real y cómo saber manejarla; manteniendo alerta a la persona, si nos envía la señal que no hay peligro la respuesta de defensa desaparece y el sistema nervioso se relaja.

Por lo tanto, la ansiedad es una emoción que todos hemos experimentado en algún momento, ayudándonos a prepararnos para alguna situación importante provocando cambios en diferentes sistemas del cuerpo.

Siendo una reacción normal casi en todas las situaciones que se puedan experimentar. Por ejemplo, cuando una persona tiene una entrevista de trabajo o un examen importante experimenta diferentes emociones, incluso tener pensamientos como que en la entrevista le saldrá todo mal, la vestimenta no es adecuada, o que las preguntas están muy difíciles y no estudió lo suficiente para su examen, se logran percibir sensaciones físicas como que el corazón late rápido, y sudoración que van en disminución a lo largo de la entrevista o del examen, es decir esta sintomatología es transitoria.

Veamos otro ejemplo:

Norma es ama de casa. Vive con su esposo, y sus dos hijos adultos, es una persona muy dedicada a su familia y su hogar, pero cada vez que su esposo llega tarde de su trabajo, o uno de sus hijos después del trabajo se va a su entrenamiento de fútbol, se preocupa tanto que no puede dejar de ver el reloj, siente presión en el pecho, no se concentra en su programa de tv. favorito, o su lectura diaria, se preocupa e imagina lo peor, vienen a su mente imágenes de accidentes de auto, asaltos, entre otros eventos catastróficos, y teme sin ninguna razón en particular que su esposo, o uno de sus hijos puede estar herido o muerto, y solo cuando los ve llegar a casa puede finalmente estar tranquila y relajarse.

Es normal preocuparse cuando hay situaciones estresantes o complicadas, pero si las preocupaciones se vuelven abrumadoras y hay mucha intranquilidad provoca malestares físicos y emocionales muy significativos, si se pasa mucho tiempo preocupado o nervioso, es necesario poner mucha atención a sus pensamientos y sentimientos ya que pueden conducirle a un trastorno de ansiedad.

¿Qué puedes hacer para sentirte mejor?

Cuidar tus relaciones y tu salud física te ayudará a reducir algún síntoma de ansiedad, durmiendo bien, comiendo alimentos saludables, salir de casa con regularidad, realizar ejercicio todos los días, evitar el consumo de alcohol y otras sustancias; si te sientes nervioso, preocupado o muy asustado habla con un familiar o amigos de confianza, puedes involucrarte en alguna actividad grupal, es muy importante tomar en cuenta que si ya no puedes controlar tu sintomatología es necesario buscar ayuda de un profesional de la salud mental.

¿Cómo se trata la ansiedad?

Con sesiones de psicoterapia, implica buscar ayuda de un profesional de psicología, hablar de tus emociones, tus sentimientos, relaciones y preocupaciones, te ayudará a encontrar nuevas formas de pensar ante tu situación para reducir la ansiedad, entendiendo que es lo que la causa y así lograr tener un mejor control.

Con el tratamiento puedes aprender a:

  • Reconocer y reemplazar pensamientos que causan pánico para ayudarte a sentirte más tranquilo.
  • Manejar el estrés y relajarte cuando se presenten los síntomas de la ansiedad.
  • Evitar pensamientos que te hacen creer que problemas menores pueden convertirse en catástrofes.
  • Entender y controlar los pensamientos distorsionados o ideas irracionales sobre los factores que le provocan el malestar en diferentes situaciones de la vida.
  • Comprender la diferencia entre ansiedad sana que nos ayuda a enfrentar una amenaza real y ansiedad patológica, que nos afecta de manera excesiva en diferentes áreas de nuestra vida.

No dejes que tu mente intimide a tu cuerpo, ¡eres fuerte!, mucho más que tu ansiedad.