¡No todo es lo que parece!
No todo es lo que parece. Creo que no hay una mejor frase para comenzar este artículo, y ya entenderán el por qué.
Estoy casi segura que muchos de nosotros hemos escuchado hablar de las famosas dietas “milagro”; si no conocen de que se tratan, les platicaré un poco. Las dietas milagro son aquellas que tienen en común el ofrecer una pérdida de peso masiva y sin ningún tipo de esfuerzo. Exacto, sé lo que están pensando, demasiado bueno para ser verdad.
Las reglas actuales de belleza y el culto masivo a la imagen corporal han logrado hacer del exceso de peso un problema estético que se ha convertido en la preocupación principal de muchas personas, una preocupación que va mucho más allá de la salud. Son muchos los que intentan realizar un cambio recurriendo a alguna de las dietas milagrosas que habitualmente se ponen de moda; el querer realizar un cambio no es algo malo, sino que la manera en la que lo realizamos es lo que debe de llamar nuestra atención, ya que hay muchas cosas detrás de esta situación que nosotros claramente desconocemos.
En primer lugar, tenemos que reconocer que la única verdad absoluta es que no existe una pócima mágica para bajar de peso. Es aquí donde radica verdaderamente el problema central, y es que este tipo de dietas, te plantean un cambio de régimen alimenticio o de control alimenticio , pero, la letra pequeña del contrato, que no muchos de nosotros leemos, es que no tienen la solución para un cambio de estilo de vida; tengo que ser sincera, me costó mucho entender esto, me costó entender el hecho de que no comer carbohidratos por un mes y lograr bajar de peso, no significaba que estaba haciendo un cambio en mi vida, sino que simplemente me estaba restringiendo de cierto grupo de alimentos. La realidad, aunque no la queramos ver, es que somos hasta capaces de restringirnos o incluso hasta “torturarnos” no comiendo o comiendo muy poco o de manera muy selectiva, con tal de obtener resultados lo más rápido posible, sin estar dispuestos a dar un poco más de esfuerzo de nuestra parte para alcanzar un mayor y verdadero beneficio para nuestra salud.
En segundo lugar, este tipo de dietas se han convertido para los adolescentes, incluyéndome, una de las soluciones más buscadas y utilizadas, debido a su rapidez y facilidad. Si me preguntas a mí dónde he encontrado yo información sobre todo este mundo, fácilmente diré: el internet. Una de las cosas más preocupantes sobre este tema, es la cantidad de información que puedes encontrar, una cantidad que muchas veces puede llegar a confundirte y abrumarte, por esta misma razón, se considera a la población adolescente, como una de las más vulnerables a caer en este tipo de dietas “milagros”, y cómo no hacerlo, si hemos crecido con el pensamiento de que todo lo que leemos en Internet es lo único real; además es muy común que no cuenten con un apoyo científico, sino que su mayor impulsor es la difusión pública. Una difusión que no tiene verdaderamente la intención de mejorar tu estilo de vida o tu salud, sino de respaldar sus intereses económicos y comerciales; en otras palabras, causar una desinformación a cambio de cumplir sus objetivos. Este tipo de publicidad procura crear en la sociedad, incluyendo a los adolescentes, una idea de que esta dieta mágica y revolucionaria llegó para cambiar y mejorar su vida entera, al grado que llegamos a darle más importancia a opiniones de “influencers o famosos” que forman parte de esta red de publicidad, que a verdaderas opiniones científicas o consejos médicos. Así que, al momento de adquirir información sobre todo lo relacionado a nutrición, es mucho más confiable que se recurra a un médico especialista o si se quiere aprender superficialmente sobre estos temas y es necesario buscar en internet, siempre lo mejor será, tener filtros de información, que servirán como apoyo científico.
Y en tercer lugar, como toda acción conlleva una reacción, se encuentra el famoso temido efecto “yo-yo” (Revista FESNAD, 2008). El efecto yo-yo se refiere al momento en el que nosotros abandonamos el proceso de dieta, nuestro cuerpo comienza a desarrollar ciertos mecanismos fisiológicos con el fin de recuperar el tiempo de restricciones que padeció. Al comer más o diferente a como comíamos en el desarrollo de dieta milagro, provoca la recuperación rápida del peso perdido anteriormente, esto se da debido a que, en palabras sencillas, se gasta menos y se come más, por lo que el recuperar peso es mucho más fácil y rápido.
Es importante recalcar, que la mayoría del peso perdido durante ese espacio de tiempo, se debe principalmente a la pérdida de agua y glucógeno, cuando en realidad en una pérdida de peso eficaz y saludable, la reducción de depósitos de grasa corporal, son los que verdaderamente importan. Además de esto, organizaciones como la FESNAD, abordan el hecho de que las dietas milagro además de su bajo aporte calórico van asociadas a una ingesta deficitaria de vitaminas y minerales, provocan alteraciones a todos los niveles, así como el hecho de que aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, nutricionales, osteoporosis, diabetes, varios tipos de cáncer, fallo renal y hepático.
Como se puede ver, no es simplemente una pérdida de peso lo que se encuentra detrás de todo esto, sino que puede desencadenar muchos otros aspectos, por ello es de vital importancia entender como adolescentes que, lo ideal durante esta etapa es que garanticemos a nuestro cuerpo un alimentación variada y equilibrada, una alimentación que vaya acorde con las necesidades individuales de cada uno. Y no, este artículo no es para “condenar” la pérdida de peso, simplemente es necesario mostrar, que es mucho más preferible que se realice una reeducación de hábitos alimenticios y una disminución global de alimentos, disminuyendo raciones; pero, sin suprimir los nutrientes básicos, a un consumo excesivo de suplementos con vitaminas, sales minerales y restricciones.
Contaré un secreto a voces, bajar de peso y realizar un cambio de estilo de vida, no es algo fácil y claramente, no es algo que vaya a durar un mes, pero al elegir al ejercicio y la comida sana y balanceada como un aliado, los resultados serán mejores y más duraderos. No todo es lo que parece, y creo que esta frase, ahora tiene un poco más de sentido para ustedes.