Actividad física: desbloquea tu potencial y abraza una vida en movimiento.

¿Sabías que existe una medicina que sirve para reducir el envejecimiento, depresión e incluso estrés, a la vez que te ayuda a prevenir enfermedades, aumenta tu capacidad cognitiva y tu atractivo y capacidad física? Esto, entre muchos otros beneficios, son los que la actividad física puede brindarte; lo mejor es que se puede realizar a cualquier edad, según tu capacidad y según la dosis para la que te alcance; y no estamos hablando de dinero, sino de tiempo disponible. Por tal motivo, este artículo trata de dar a conocer los aspectos positivos de iniciar o mantener la actividad física para reducir el riesgo de mortalidad y enfermedad a nivel mundial, así como brindar algunos consejos que te permita realizarla de una manera segura y constante.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la actividad física ayuda a mejorar el bienestar general físico y mental, reduce y previene el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles como la hipertensión, diabetes y el cáncer, lo que significa un descenso en la mortalidad de la población. Estos son los beneficios a largo plazo que implica el hacer ejercicio y que, sin embargo, no parecen poner en acción a más de la cuarta parte de la población adulta, que no alcanza el mínimo de actividad física diaria recomendada por la OMS.

Hoy en día, se reconoce la importancia de mantener una buena salud mental para poder estar bien en las distintas áreas de la vida de una persona, tanto trabajo y estudios como familia y relaciones interpersonales. Pero es un obstáculo para un gran número de personas que batallan día a día con trastornos mentales, tanto, que alrededor del 4,4% y 3,6% de la población mundial sufren de depresión y ansiedad respectivamente, según lo indicaba la Organización Panamericana de la Salud para el 2017.

Es importante que todas las personas, empiecen a realizar actividad física regularmente, no de manera exhaustiva, sino acorde al nivel que posean. Un niño de 10 años no necesita un entrenamiento riguroso 6 veces por semana, pero si necesita jugar, correr y saltar libremente; un adulto no necesita inscribirse al gimnasio más caro y pasar 2 horas diarias levantando pesos, pero le puede servir saltar cuerda 15 minutos al día; e incluso, un adulto mayor no necesita comprometer sus articulaciones con grandes impactos al correr o sobrecargarse con pesas, pero se beneficiaría de realizar estiramientos, caminatas o algunos tiros a un aro de básquetbol. El ejercicio no supone únicamente un espacio para gastar energías y moverse, supone un momento con uno mismo, alejado del estrés que puede causar el trabajo o estudio, un momento para sobrellevar las cargas familiares que se tengan, incluso puede ser un momento para acercarse entre otras personas, para pasar tiempo de calidad.

La actividad física es para todos, y se ha demostrado que realizarlo con cierta regularidad reduce los síntomas de depresión y ansiedad a los que se suelen enfrentar la población. Previene en gran medida el sobrepeso y muchas enfermedades crónicas, a la vez que aumenta tus defensas, protege tu físico y ayuda a retrasar los efectos de la vejez en la apariencia externa, lo que significa que no solo te verás más joven, si no que tu cuerpo puede funcionar como el de una persona muchos años menor que la edad que poseas.

En lo personal, me parece correcto notar todos los beneficios que te ofrece la actividad física, y reconocer que nos ayuda a prevenir enfermedades en general, pero resulta ventajoso identificar las pequeñas cosas que nos permite a mediano y largo plazo, tales como poder valerse por uno mismo en la vejez y movilizarse libremente sin depender de nada o nadie, ser capaz de alimentarse sin restricciones (mas no sin precauciones), no padecer de trastornos del sueño, poder pasear con las mascotas, entre muchas otras cosas.

Ahora bien, a nadie se le enseña una correcta educación física, como cuidar del cuerpo adecuadamente o cómo alimentarse bien. Conocer sobre estos temas termina siendo una responsabilidad de cada quien, y con tanta información es muy difícil saber por dónde empezar o qué es lo correcto.

Aquí tienes 5 consejos que te ayudarán para empezar a hacer actividad física y mantenerlo a largo plazo, convirtiéndolo en un hábito. En primer lugar, deberías encontrar alguna actividad que disfrutes; el gimnasio no es lo único que existe, si disfrutas bailar, correr con tu mascota, hacer flexiones, jugar un deporte con amigos, saltar cuerda o lo que te guste hacer que involucre movimiento y que te genere un aumento en la respiración, es bienvenido. Sí, también eso que estás pensando es actividad física, pero sabes que no es a lo que nos referimos.

Como segundo punto, recuerda empezar de a poco y con lo que puedas; esto quiere decir que, si únicamente puedes caminar 10 metros y te sientes exhausto, camina esos 10 metros las veces que puedas repetir para luego caminar 11. Recuerda que uno es mayor que cero.

El tercer consejo está relacionado con el segundo, la idea es que no seas conformista, siempre se puede mejorar sea cual sea tu nivel de capacidad actual, decir que no realizas actividad física porque no eres atlético o te cansas mucho, es simplemente una excusa para reforzar la falta del hábito. Así que, hay que ponerse ropa cómoda y salir a por ello.

Otro punto importante es llevar registro de lo que haces, así puedes comparar tu progreso con tu punto de inicio y es más fácil que notes los avances. Esto genera satisfacción para la persona pues es capaz de cuantificar el progreso y saber que tanto ha avanzado.

Y como último consejo, de ser posible, consigue o motiva a alguien que te haga compañía; esto es una gran ayuda en dos aspectos, primero el simple hecho que has logrado que otra persona empiece este hábito y se beneficie de todo lo que conlleva; segundo, se pueden motivar mutuamente en los días que no haya muchas ganas de hacer ejercicio, pueden beneficiarse de la sana competencia, sin olvidar que tu mayor reto eres tú y pueden ver su progreso juntos. Estoy seguro que se sentirán orgullosos cuando vean todo lo que han alcanzado. 

Como ya pudiste notar, ha quedado claro que el ejercicio te ayudará tanto en lo físico como en lo mental, tu confianza aumentará, te verás y sentirás mejor de lo que ya te puedes sentir y reducirás el riesgo de padecer alguna enfermedad no transmisible. Recuerda que no necesitas demasiado tiempo para hacer actividad física, y que en compañía puedes llegar muy lejos, sin embargo, lo importante es empezar, pues según lo dijo el gran motivador Zig Ziglar: “No tienes que ser grande para comenzar, pero si tienes que comenzar para ser grande”.